Federico García Lorca

Este poeta español, miembro de la mítica Generación del 27, es el mayor referente de la literatura española del siglo XX. También escribió numerosas obras de teatro, género en el que también se lo considera autoridad e ícono del siglo pasado, destacándose Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Fue asesinado en Granada durante la Guerra Civil Española por su condición de republicano y homosexual. Entre sus poemas podemos encontrar Gacela de la terrible presencia, Alba, Alma ausente, La casada infiel, Muerto de amor y Ciudad sin sueño.

Continuar leyendo »

Poemas de Federico García Lorca

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Federico García Lorca:

Romance de la luna

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

La casada infiel

Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

*

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.

Romance de la pena negra

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

*

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

El poeta pide a su amor que le escriba

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

Alba

Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada.

Muerte de Antoñito el Camborio

Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

*

Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
¡Ay Antoñito el Camborio
digno de una Emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.
¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.

*

Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado,
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.

Biografía de Federico García Lorca

Nació el 5 de junio de 1898, en el Municipio de Fuente Vaqueros, en Granada (España).
Federico García Lorca
Era hijo del hacendado Federico García Rodríguez y de la maestra Vicenta Lorca.
De salud enfermiza y mal estudiante, se graduó luego de sortear varios obstáculos, en la Universidad de Granada, como abogado. Estudió música (piano) pero por influencia de su madre y de Don Fernando de los Ríos, comenzó a inclinarse por la poesía. Su primer artículo, data de 1917, y fue con motivo del aniversario de José Zorrilla.

Su obra muestra la influencia de autores como Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio y Manuel Machado, entre otros.

Su padre lo ayudó económicamente para que en 1918 apareciera su primer libro "Impresiones y Paisajes". En teatro, estrenó en 1920 "El maleficio de la mariposa". En 1921 "Libro de poemas" (Antología) y en 1923 "La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón" (Comedia de títeres). Publicó "Canciones" en 1927, y al año siguiente surgió la Revista Literaria "Gallo" de la cual solo dos números fueron editados. Aparece ese mismo año el libro "Primer romancero gitano", donde expresa con grandes metáforas y abundancia de símbolos (La luna, los colores, los caballos, los peces) sentimientos sobre el amor y la muerte en una mítica Andalucía.

En 1929 viajó a Nueva York, donde publicó "Poeta en Nueva York" Un año más tarde se dirigió a La Habana, donde escribió "Así pasen cinco años" y "El público". Ese mismo año regresó a España donde se estrenaba "La zapatera prodigiosa", su farsa popular, que enfrenta realidad e imaginación.

Su producción siguió creciendo: "Bodas de sangre", "Yerma" y "Doña Rosita la soltera" fueron escritas con el gran apoyo moral y financiero de su amigo Fernando de los Ríos, que se desempeñaba como Ministro de Instrucción Pública. Fue nombrado Director del teatro universitario La Barraca, y desde allí realizó una amplia labor de divulgación por toda España.

Viajó a Argentina y Uruguay entre 1933 y 1934, con gran éxito. En 1935, escribió "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías", en la línea del neopopulismo.
Luego, sobrevinieron, en 1936, "Diván del Tamarit" y "Sonetos del amor oscuro". En "La casa de Bernarda Alba", afronta el drama de la represión de lamujer y la intolerancia.

Federico García Lorca

En general, su obra, que puede agruparse en farsas, comedias, tragedias y dramas, se inscribe en el dramatismo y el realismo político, inspirado en temas como el amor, la esterilidad, la infancia y la muerte.
Con una gran capacidad de síntesis, armoniza formas, tonalidades y símbolos, como por ejemplo, la luna, que muchas veces representa la muerte, y en otras, la fecundidad, la esterilidad o la belleza. Sus metáforas relacionan elementos opuestos de la realidad y transmiten efectos sensoriales entremezclados.
La tradición está muy presente en su obra, a través de la música y los cantos tradicionales.

Tuvo la influencia del drama modernista, del teatro de Lope de Vega y de Calderón de la Barca.

Falleció fusilado en Granada, víctima del fascismo, durante la Guerra Civil española, a pesar de no haberse afiliado a ninguna fracción política, aproximadamente el 19 de agosto de 1936.

Luego de su muerte, se publicaron "Primeras canciones", "Amor de Don Perlinplín con Belisa en su jardín" y "Odas y Suites".

Sigue leyendo estos artículos:

Línea del tiempo

Haz click en cada ítem para ver más información

Mapa de tiempo

Haz click en el botón para revelar el mapa del tiempo